Cuando tenía 16 años dejé la casa de mi mamá en Tijuana, quien en aquel entonces estaba enfrascada en una relación bastante tóxica. Regrese a casa de mis abuelos en la colonia Pensil, donde mi abuelito me construyó una especie de mini departamento añadido a su casa, y pagando una renta simbólica empecé trabajar mientras estudiaba. Se me ocurrió buscar un trabajo no muy lejos de mi casa (para no pagar pasajes 😅) y el Periódico “El Financiero” quedaba a algunas cuadras. A la salida de mi entrevista me encontré al director (el Lic. Cardenas) me dio un leve ataque de pánico y creo que le hice una reverencia 😆 el licenciado se rió y pensé que la había regado, pero creo que le caí bien, o por lo menos me encontró chistosa porque me llamaron al día siguiente para llevar mis papeles y empezar a trabajar de recepcionista. Ahí trabaje dos o tres años. El sueldo era extremadamente bajo, y entre la renta, el gas, el teléfono y la escuela (y yo teniendo 16 años y sin saberme administrar muy bien) había días que comía sólo arroz con vinagre por días (para que me supiera a sushi 😂) o mis primos le robaban latas de atún a mi tía y me las traían cuando veían que mi alacena andaba vacía. Tenía una familia muy grande y estoy segura que me hubieran ayudado si les hubiera dicho, pero yo era orgullosa desde chiquita, y no me gustaba dar lastima así que busque trabajos extras.
Mientras trabajaba en el periódico empecé a dar clases de inglés a niños, y a voluntarias en campamentos y escuelas de vacaciones de la inglesia. También traducía trabajos para amigos de mi hermano en la universidad y cobraba por eso. Después me quise mover a algo más, porque vivir con tres trabajos no era lo ideal 😅.
Quede dentro del programa de Mexicana de Aviación y me fui a Tráfico, pero se me ocurrió entrar a trabajar justo en los días de los atentados de el 11 de septiembre. El trabajo por esos días era súper pesado y estresante. Solamente me quede un año.
Pensando en mejorar mi inglés para sacar mi “Masters” con el dinero que había ahorrado trabajado en el Aeropuerto, y me fui como Au-Pair (básicamente una nanny con bajo sueldo a cambio de casa y comida en el tiempo que estudias) a Kansas City en Missouri con una familia súper linda. En la preparatoria había hecho mi especialidad en servicio social y estudiado puericultura. Mis horas de servicio para la prepa las cumplí en la guardería de la institución, aparte de los campamentos y las clases de inglés, así que ya tenia varios años de experiencia trabajando con niños.
Ya allá me fui a tomar un curso de parapsicología en el community college que ofrecía la UMKC (para horror de mi mamá 😅 que se le hacía que eso de estudiar fantasmas era cosa del demonio) y me encantó.
Cuando el curso se terminó me regresé a México. Empecé a trabajar en el Wings mientras conseguía algo mejor. Un buen día, encontré en el periódico un anuncio (en inglés) para Disney Cruise Line en el area de programas para niños. Las audiciones eran en el holiday inn en reforma. Se lo enseñé a mi mami (quien para entonces ya se había separado y vivía en México) y le dije “Mira má, ahí voy a trabajar” y mi mamá, que era más realista que yo, me dijo: “Estas loca?, sabes cuantas personas van a ir a esa audición?!” y pues si estoy loca 😆 pero yo sentía que ese era mi lugar.
Y me fui a la audición…
Ahora, no se si lo sepan pero mi sentido de la orientación es pésimo (en serio, un día me perdí en el estacionamiento de plaza satélite 😅) entonces, como yo no sabía muy bien donde quedaba el Holiday Inn, pues en cuanto divise uno (muy cerca de metro auditorio) me bajé. Pero oh sorpresa! Ese no era!
Entonces me quede con un dilema, me quedaban $3.50 pesos en la bolsa, podía usar el dinero para regresarme a mi casa o para pagar la combi y llegar a la audición a tiempo (y aparte iba yo en tacones, para acabarla de amolar)
Y pues me la jugué. Llegue a la audición justo a tiempo, y me tocó el numero 486 😆 (mi mamá tenía razón, había muchísima gente). A la entrada, había una persona de la agencia de Mexico, haciendo preguntas es inglés para ver si tenías lo indispensable para pasar. De ahí los números empezaron a bajar. Yo iba para el area de entrenamiento y solo había unos cuantos haciendo audición conmigo.
Me hicieron la entrevista (Donde por primera vez en la vida me resultó útil mi conocimiento súper nerd de todo lo relacionado con Disney) y me dieron un micrófono y me pidieron que presentara a una familia hipotética a las bambalinas. Me arme de valor y lo hice. Me dieron las gracias y el agente a la salida me alcanzó y me dijo que si no quedaba en Disney, que le llamara, en ese momento salió la chica que me entrevistó y me dijo “no creo que lo necesites” con una sonrisa.
Me regresé súper contenta, camine en tacones hasta el metro Hidalgo, donde le hice ojitos al guardia de la entrada y le dije que se me perdió mi boleto. El poli bien buena onda me dejo pasar y llegando a mi casa le conté toda emocionada a mi mami, quien me vio bastante escéptica 🤨
La semana siguiente toda la familia se iba a ir a Ixtapa y me invitaron (yo renuncié al wings para ir a la entrevista, ósea que me la jugué toda 🤣) y les dije que no podía ir porque me iban a llamar para ofrecerme la chamba. Mi mamá se rió y todos se fueron… y al día siguiente me hablaron 😁
Mi mami no me creyó que me iba hasta que me mandaron el boleto y me subí al avión pero después le contaba a todas sus amigas, súper orgullosa de su hija que trabajaba en el barco de Disney.
La moral de la historia es que si tienen un sueño y solo $3.50 pesos, lanzense por su sueño. Al final les va a doler más perder el sueño que el dinero de la combi ❤️
Video que hice hace mil años de cómo nos la pasábamos en el barco