Querido Marido: Tus hábitos en el baño apestan… (De muchas Formas)


Mi marido es un ser extraordinario (no en balde me casé con el) es amoroso, buen proveedor, es muy inteligente, me hace reír y es un padre excelente, pero su relación con el baño apesta!

De verdad entiendo que cuando a uno le dan ganas de ir al baño, uno tiene que ir, pero los momentos que mi marido escoge siempre son sospechosos. Como cuando el bebé empieza a emitir olores (su estela de muerte 😂) y es obvio qué hay que cambiarle el pañal o cuando acabamos de llegar del súper y hay que poner todo en su lugar o cuando comienzo a arreglar el jardín que el prometió ayudarme a limpiar… en fin, siempre sus tripas trabajan de acuerdo a su conveniencia.

Admito que quizá sean celos los que me hacen clavarme en este punto. Me encantaría poder ir al baño sin apurarme como el lo hace, sin tener a los niños y hasta al perro esperando por mi en la puerta, pero la verdad es somos adultos con experiencia bañomentaria y les aseguro que no hay día en que yo no tenga que aguantarme las ganas cuando estoy con los niños y nunca ha habido accidentes (míos, quiero recalcar) y me parece que por lo menos en algunas ocasiones, mi marido podría hacer lo mismo.

Al parecer yo no soy la única con este tipo de problemas. Mi tío por ejemplo, se enorgullece de guardar siempre un par de libros en el baño (“No sería tan culto, si no fuera tan estreñido hija” alguna vez me dijo entre carcajadas) al parecer ahora el baño es una especie de “man cave” donde jugar con el celular y leer son tan importantes como hacer las necesidades propias.

Así que maridito de mi amor, vamos a hacer un trato. Puedes seguir usando el baño cómo lugar de retiro espiritual pero, por favor, podría ser después de que termines de lavar los trastes con los que prometiste ayudarme?

P.D. Y ya que estamos en estos temas, si te terminas el rollo, cámbialo!

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