Por Clara Gualano para el Clarín
Yuri Ashman circula por redes sociales de crianza, blogs y Facebook bajo el seudónimo de Mamá Cínica. Tiene como foto de perfil un chupete azul sonriendo endiabladamente. Su viaje profesional de emprendedora cibernauta la ubicó en el lugar preciso para escupir de manera desopilante lo que ocultan las publicidades rosas de pañales: los tragos amargos del devenir madre.
Vive desde hace cinco años en Inglaterra, de donde es oriundo su esposo (a quien conoció jugando en Facebook), junto a su hijastro, su bebé Giovanni y un perro. Según ella misma cuenta, en uno de sus regresos a México, su ciudad natal, el shock cultural le hizo ver claramente que las latinas contaban todo “sin pelos en la lengua”. Tratando de derribar el muro de críticas, sobre exigencias y demandas que el entorno y la cultura imponen sobre las madres, ella decidió desagotar desaforadamente su sentimiento de injusticia en forma de memes e ilustraciones humorísticas.
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